Sin armas, Sin odios, Sin violencia.

Si algún personaje merece mi personal admiración, bien sea por su inteligencia, por su paciencia y sobre todo por su astucia, bien podría decirles que ese es el caso que a continuación les describo.

Durante el fin de semana del 17 al 19 de Julio de 1.976 Albert Spaggiari ex comando y mercenario que trabajó para el ejercito francés en Argelia y que luego dejó las fuerzas regulares y se integró al grupo terrorista de ultraderecha francés OAS, tenía un grupo de nueve hombres todos calificados, pero le faltaba uno para llevar acabo su plan, le faltaba un experto en túneles, éste se encontraba purgando una condena en Marsella, así entonces, previa promesa de parte del botín, la mafia marsellesa lo dejó escapar, así se completaban los que más tardes serían reconocidos y nunca olvidados como las “ratas de las alcantarillas”

Se tardaron nueve semanas cavando un túnel sin que nadie se diera cuenta, los trabajos de obras públicas les sirvieron de cortina para no ser detectados y así cavar 15 cm diarios, un viernes santo llegaron a la caja fuerte de la principal sucursal banco Societè Generale, el hecho de ser día festivo, les permitió trabajar tres días sin la preocupación de ser encontrados, la bóveda era de hormigón armado de 30 cm de espesor y una puerta de 20 toneladas, era tan impenetrable que los especialistas no vieron la necesidad de colocarles sistemas eléctricos de seguridad, se tardaron 16 largas horas para poder entrar, abrieron una de las 4 mil cajas de seguridad con joyas, dinero en efectivo bonos al portador, fotos comprometedoras de personas importantes de Niza, políticos, actores, las cuales les sirvieron para empapelar las paredes de la bóveda, seleccionaron las cajas sólo de las personas que poseían más ahorros, sólo robaron en 337, algunos sostienen que se pusieron una especie de tope, todo el que poseía menos de 30.000 no fue robado, en total lograron llevarse un estimado de 18 millones de dolares, pero antes Spaggiari mandó a uno de sus hombres a comprar comida, cocinaron y celebraron dentro de aquel lugar durante un día entero, cuando entró la policía encontró botellas de vino, restos de comida y la famosa escritura en la pared, “sin armas, sin odio y sin violencia”

La policía emprendió la búsqueda más exhaustiva de la época hasta que finalmente, usando un termino policiaco, el eslabón más débil, dio con uno de los miembros de la banda, que terminaría con la captura de los otros nueve incluyendo a Spaggiari.

Una esposa celosa llamó a la policía pidiendo investigar a su marido, por que este se perdía cada noche, tras la captura de spaggiari, se le interrogó por 36 horas sin que dijera una sola palabra.

Días antes del juicio Spaggiari pidió entrevistarse con el juez a quien le explicó los detalles del robo, luego mientras se dirigía al banquillo giró súbitamente y se dirigió a la ventana, donde salto y cayó sobre un auto, una moto que lo esperaba encendida, nunca más se supo de él, salvo meses después mando una postal y dinero al dueño del auto, por la abolladura.

Años después escribió su autobiografía bajo pacto de confidencialidad con la editorial, “El gran robo de Niza” donde cuenta por qué le resultó tan fácil el asalto, juraba haber cedido el dinero del robo a los oprimidos de Yugoslavia, Italia y Portugal, en una parte del libro dijo: “ellos prevén lo posible. Pero no la astucia”

El 10 de junio de 1989, apareció muerto frente a la casa de su madre. Nunca las autoridades lograron recuperar siquiera parte de lo robado.