Entre las Azores y Lisboa, navegaba a la deriva un barco, era 5 de Diciembre de 1.872, el capitán David Reed Moorhouse a bordo del Bric-goleta inglés Dei Gratia lo divisa y decide acercarse para ofrecer ayuda y cerciorarse de las causas de su indefinido rumbo.
El capitán reconoce el barco, es el Mary Celeste, y de inmediato ordena situar se a un costado.
Sorprendido de no ver a nadie en el puente, comienza a dar gritos preguntando si necesitan ayuda, pero nadie responde, a simple vista el barco parece estar en perfecto estado, Moorhouse ordena a su segundo oficial Olly Deveau, que arríe un bote para abordar el Mary Celeste, Deveau toma dos hombres y en poco tiempo trepan al solitario barco.
Deveau comprueba que efectivamente no había nadie en cubierta, los botes están sin arrear en el sollado de la marinería, en el interior tampoco se encuentra nadie, la cocina vacía, pero un fogón aún estaba caliente, una cacerola con un pollo recién cocido, y tazas de te aún tibio en la mesa del centro, en las calas 1.700 barricas de alcohol y víveres para varios meses, los camarotes en perfecto orden, prendas de vestir, libros e incluso una pequeña cantidad de dinero, joyas y un medallón de oro, todo acomodado en perfecto orden.
En las últimas anotaciones de los cuadernos de bitácora, Deveau leyó 24 y 25 de noviembre, y aunque en varias partes del barco se descubrió agua, nada hacia sospechar que había sufrido los embates de alguna tormenta.
Moorhouse fue informado de inmediato sobre lo sucedido, y creyó que la tripulación había sido victima de una tormenta, Deveau lo contradijo diciendo que había encontrado sobre una maquina de cocer un frasco de aceite, y de haber habido una tormenta éste difícilmente hubiese resistido el embate.
Y aún mas curioso, el sextante, el cronometro, la corredera y los libros de navegación habían desaparecido también, siendo estos elementos indispensables para la navegación.
Moorhouse decidió finalmente llevar el Mary Celeste a tierra firme y allí dar una explicación posible, a la misteriosa desaparición de los tripulantes.
El 13 de diciembre llegó a las costas de Gibraltar el Mary Celeste, comandado por Olly Deveau.
El Mary Celeste había zarpado del puerto de Nueva York el 4 de noviembre 1.872 comandado por el capitán Benjamín Briggs, junto con su esposa Sara y su hija Sofía, el segundo oficial Albert G. Richardson, el contramaestre Andrew Gilling, cuatro marineros, Volkerk, Boas Lorenzen, Adrian Harbens, Gottlieb Goodshad y un cocinero.
Muchas son las teorías que se han lanzado sobre la misteriosa desaparición de los diez tripulantes, pero todo ha quedado en teorías, nunca se llegó a saber que sucedió realmente con la tripulación, a pesar de las muchas investigaciones que se hicieron.
Entre las teorías se cuentan.
Una tempestad: La tripulación temerosa huye del barco.
Un motín: Los tripulantes se embriagan y asesinan al capitán su esposa e hija, y escapan en otra embarcación que pasaba.
Robo: Los capitanes Moorhouse y Briggs (de hecho eran amigos) planean cobrar el rescate del barco. (Moorhouse cobró sólo la ridícula suma de 1.700 libras esterlinas por el salvamento)
Y aún otras mas singulares: Raptos, asesinatos, piratería, “extraterrestres” (esta nunca falta en casos de misterio), el terrible Kraken (pulpo gigante), islas misteriosas... etc.
El Mary Celeste, acabó sus días en los arrecifes de Roshelle, cerca de Haití, el fuerte oleaje lo fue destruyendo de a poco.
Como todas las historias de los mares en esta sale fuera de lo común ya q existen registros de lo q se esta contando. Y como podemos ver. El mar tiene sus misterios indecifrables, y fascinantes que desafía a toda razón y lógica.
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